viernes, 30 de noviembre de 2018

“Nankameanuka, imia amutanmak nankanestsui. Iña enente iña yacharije ukuknaka nekeñawe” “Lo que empieza, no siempre acaba. El corazón y la memoria saben guardarlo” (Lengua Shuar)


En esta entrada tengo que atinar muy bien, tengo que poner “mucha carne en el asador” y aprovechar para hablaros de mis gentes. Pero eso sí, voy a ser fiel a la pretensión que tenía con base al mes de noviembre.
El pasado 25 de noviembre se celebró el día mundial contra la Violencia de Género y, como no, ahí estaba yo, metida en la trinchera.
Cuando llegué de Lima, de forma fortuita me invitaron a una reunión donde se hablaría de aquellas actividades que se realizarían desde la Municipalidad de Atalaya; y digo de forma fortuita, porque la circular la recibió mi compañera Edith, que sabiendo mi gran interés en aspectos relacionados con el género, no dudó ni un solo instante en avisarme de tal acontecimiento: ¡Marina, ahí tienes “chamba” de la tuya!
No podría explicaros cómo me siento cuando hablamos de lucha, cuando hablamos de derechos y cuando nuestra arma no es un “machete”, sino nuestra propia voz, las voces que queremos escuchar.
Aunque la realidad sea diferente y el machismo se exprese de otras formas, he considerado muy oportuno implicarme y comprometerme con las mujeres de Atalaya y de forma muy especial con mis niñas de NOPOKI. Entonces, al igual que la señora Mercedes se remangaba para asar el “pollo cangas”, yo me remangué para desmontar todos esos mitos que existen entorno a las construcciones de pareja a través del amor romántico; en eliminar todo tipo de violencia y en utilizar un discurso adecuado para derribar las opresiones a través de la crítica, el análisis y la reflexión. Es bastante gracioso ver sus caras cuando les digo que Cenicienta, en realidad, no quiere compromisos y, además, no come perdices porque es vegetariana. No os voy a negar que en un primer momento pareciera que se espantan, pero tras varios segundos se “parten de risa” e incluso, alguna se reafirma y dice que esa historia es mucho más “chévere”.
Desde NOPOKI, hemos conseguido el apoyo por parte del alumnado para trazar un Plan de Igualdad, donde se revisen todas las formas tanto académicas como personales, atravesando el eje de la perspectiva de género. Para ello, hemos nombrado a dos alumnas y dos alumnos como delegadxs y subdelegadxs de igualdad, de forma que velen por una educación inclusiva libre de machismo. En este sentido, me siento gratamente satisfecha, ya que, al proponerle dicho proyecto, resultaron entusiasmadxs y con ganas de empezar cuanto antes. Ahora, quedamos a la espera de empezar el nuevo curso en marzo para desarrollar todo lo propuesto. Ya estaré al tanto.
Llegado este momento:
¿Sabéis esa sensación de tener sentimientos encontrados? ¿Ese instante en que echas de menos y echas de más de forma simultánea? Bueno, pues en ese punto me encuentro. Quedan apenas tres días para que se cierre otra de las etapas que te brinda una experiencia como esta. En NOPOKI, el curso académico ha concluido y con ello mi experiencia con las personas que han llenado mi vida de forma extraordinaria, el alumnado.
Todos los días de esta semana, al sentarme para almorzar en la “maloka” no podía apartar mi vista de las diferentes mesas donde se sientan las chicas y los chicos de NOPOKI. Sin querer, no he sido capaz de interactuar en la comida como de costumbre, porque mi cabeza la ocupaban preguntas como ¿Volverás a verlxs de nuevo? ¿Es posible que sea la última vez que veas a todas estas personas? ¿Te gustaría volver? ¿Quieres volver?
Al fin y al cabo, sabía que este momento llegaría tarde o temprano, pero ciertamente no estaba preparada para ello, ya que aún son dos meses lo que tengo por delante y mi cabeza no imaginaba que la despedida más intensa iba a ser en este momento. Es cierto que estoy muy contenta porque he aprendido tantas cosas, pero no puedo evitar sentirme triste cuando, por ejemplo, viene mi pequeña Mariela y con su característica voz de pito me pregunta:
“¡Ayy mis! ¿Cuándo regresas de nuevo? ¿Después de ver a tu familia en España? ¡Mis, no te vayas!”
O quizás cuando Iris se acerca, me abraza y me repite a diario:
“¡Mi Marinita, qué hermosa estás hoy! ¡Te voy a echar de menos!”
Cuando Gino cada mañana me envía un whatsapp para saber qué tal he dormido y si he desayunado. Cuando lxs chicxs de la danza me esperan (o más bien espero yo) para decirme que incluso “renegando” me quieren mucho. Cuando me buscan para estudiar Antropología, porque consideran que cuando les explico se enteran “bonito”.
O cuando de la nada escucho un “¡Cuqui!” Y, de repente, tengo a algunx de ellxs a mi lado queriendo acompañarme a donde quiera que vaya.
Julieta. Julieta es tremenda, tiene muy decidido que cuando regrese a España, ella viene conmigo. Casi todos los días me pregunta cuánto cuesta un pasaje y cuánta “plata” necesita para viajar. Ella me aconseja que la adopte, a pesar de tener casi los 19 años, quiere vivir conmigo y poder ser una actriz de primera. Pienso que, tarde o temprano, lo va a conseguir. Se pasa el día entero dramatizando y haciéndome participe de sus interpretaciones.
Y así puedo pasarme horas y horas. Podría escribir tantas cosas de cada unx de ellxs que no acabaría nunca, así que por el momento, las guardo para mí.
El pasado domingo llamé a Blanquita para ir juntas a cenar. Como siempre, hablamos sin parar de todo tipo de cosas y, de buenas a primeras, sin tener relación alguna de lo que por el momento hablábamos, se quedó en silencio varios segundos y me preguntó:
“Marina, ¿Qué te llevas de NOPOKI?”
Es una pregunta que puedes contestar de una forma banal y que la respuesta está más que “machacada” por todas aquellas personas que viven una experiencia de cooperación o voluntariado, por ello coges “carrerilla” y dices lo bonito que es todo, lo que has aprendido… Respuestas demasiado preestablecidas que hacen que tu misma te preguntes hasta dónde ha calado tu experiencia.
Cuando intenté responderle, tomé mi tiempo. No me gusta apresurarme ante preguntas de este tipo, que como digo, parecen de fácil respuesta y en realidad son las más complejas de resolver. En ese momento tuve la impresión de ver mi cara en un espejo, ya que puedo describirla a la perfección. Mis ojos abiertos con sorpresa, las cejas bastante arqueadas y mi boca apretaba los labios, tanto que la piel de mi cara lograba estirarse por completo. Mis hombros se encogían y a su vez mi cabeza los acompañaba con movimiento de duda.
“¡Blanquita, me lo has puesto bastante difícil!” – le dije.
Pero ella insistía y quería respuesta a su pregunta.
Entonces, le dije que aún no estaba del todo preparada para responderle a esa pregunta, ya que ahora me quedaban dos meses para digerir todo lo vivido y poder dar una respuesta a la altura. Por suerte, Blanquita es una de las alumnas que voy a seguir viendo, ya que, dado el ciclo tan avanzado en que se encuentra, tiene que realizar sus prácticas profesionales. Le he prometido que antes de irme contestaré a su pregunta.
Por el momento, voy a seguir viviendo como hasta ahora. En realidad, el mes de diciembre va a estar lleno de aventuras y de conocer otros lugares que el Perú ofrece. Voy a visitar otras regiones y otras formas que nada se parecen a las de “mi casa”, la selva. Y además voy a hacerlo de la mano de dos visitas muy especiales que espero con impaciencia. Estoy segura de que disfrutaran de este maravilloso lugar tanto como yo hasta ahora.

Cumpamsan shir senchi juajme! Turasha enerotin pujuktaje! (Lengua Shuar)
¡Un abrazo muy fuerte! ¡En enero estoy de vuelta!

sábado, 17 de noviembre de 2018

Joke! Pomena pobago! Pingemisantiro oka? Iroonti tsinanejagi! Pipogaigi otimomentosonori! ¡Ven! ¡Dame la mano! ¿Escuchas eso? ¡Son las mujeres! ¡Vienen llenas de vida! (Lengua Nomatsigenga)


Lo primero que me fijo en una persona es en sus manos.
Las manos dicen mucho, es más, casi pueden hablar. Las manos nos cuentan historias increíbles. Guardan recuerdos, amor y tristeza. También guardan alegría y muchas veces, aunque os parezca imposible, son capaces de llorar.
En realidad, no sabría deciros exactamente por qué me obsesiona este hecho, o por qué me despierta curiosidad en una persona.
Cuando conocí a la señora Mercedes era sábado. Ese día el sol pareciera que quisiera venganza con la tierra. Quemaba, sofocaba y hasta lograba quitar el aliento de la vecindad Atalaína.
La señora Mercedes o “Merche”, como es conocida, parecía impasible ante tal situación, por si no era suficiente el ardiente sol, ella estaba ahí, delante de una gran parrilla oreando el carbón para asar un riquísimo “pollo cangas”, a la vez que acomodando cada pieza en su lugar, revisando la yuca, rellenando el delicioso “ají de cocona” y la “crema de rocotto” y aun así le daba tiempo a tener el control para dirigir las funciones de lxs demás.
Todo el mundo se centraba en su faena, pero yo me permití distraerme unos minutos solo para observarla. Observar sus manos y empezar a imaginar una historia increíble, historia que empezó a contar terminada la faena y empujada por una cerveza bien “helada”. Los primeros minutos, recuerdo que no parábamos de reír, no sé si debido al calor, la cerveza o por la situación tan especial que nos rodeaba.
Después de esta graciosa manera de “romper el hielo”, me preguntó:
¿Te gusta el “maduro” asado? ¿Has probado con queso?
Yo le respondí que el plátano me gusta en todas sus formas y variedades, pero con queso, jamás se me había pasado por la cabeza. Sin importar más información, pidió a David que fuese a su casa a por queso.
¡Ya chino! Ande a mi casa ¿Ya? ¡Trae queso, que la gringa pruebe!
Tras escucharla, no pude evitar mirarla y reírme a carcajadas, Edith y Lourdes también se reían sin parar, por lo que la señora Merche se unió con una risa alborotadora y me atrevo a decir que no venía del diafragma, sino del corazón.
¡Ya gringuita! ¡Apura! ¡Te voy a enseñar el sabor de la selva!
Agarró un cuchillo, abrió en dos el maduro y le puso el queso en medio.
Algo muy simple, pero os puedo asegurar que ninguno sabrá igual de delicioso que aquel que probé de las manos de la señora Mercedes.
Así comienza esta historia.
La señora Merche es madre soltera. Tiene tres hijxs bien criadxs y con familia. He de decir que llegar a este punto, no solo le ha costado sudor y lágrimas. Ella tenía tres trabajos; el primero de seis de la mañana hasta las doce del mediodía, el segundo comprendía entre las tres de la tarde hasta las diez de la noche y el tercero, de diez y media de la noche hasta las cuatro de la madrugada. Creo que no puedo hacer ningún apunte al respecto, porque soy incapaz.
A pesar del horario, no descuidaba el más mínimo de los detalles sobre sus hijxs y sobre su casa.
Si no era suficiente lo que cargaba a su espalda día tras día, una mañana mientras se disponía a sus quehaceres diarios, recibe una noticia que se transforma en un palo al alma. Una de sus mejores amigas fallece, dejándole una herencia de dos hijas, de dos y tres años, ya que esta señora, también era madre soltera. Mercedes no tenía consuelo. Lloraba la pena de su amiga y lloraba de asfixia. Si necesitaba tres trabajos para mantener a sus hijxs, ¿Ahora qué tendría que hacer?
“Bueno, no pasa nada. Si Dios quiere que así sea, así será”.
Os aseguro que mientras escuchaba su relato, mi cuerpo se estremecía, se encogía y hasta sentía frío. Creo que se dio cuenta de mi expresión corporal y empezó a reír de nuevo, cosa que me invito participar de su alegría.
“Señorita Marina, yo tengo tres hijxs y dos hermosas hijas del espíritu santo”.
Ella continuaba riendo y yo la acompañaba, porque ¿Qué otra cosa podía hacer? En mi opinión no tenía nada que decir, simplemente seguir escuchando como hasta ahora había hecho. Es cierto que me invadían sensaciones de todo tipo, no lo niego. Por mi cabeza corrían tantas cosas que no era capaz de centrarme en dar ninguna respuesta. Analicé la situación e incluso me la puse de ejemplo como una posible intervención profesional, pero, aun así, me sentía bloqueada. Por supuesto, no es la primera ni la última mujer que depende de ella misma para sacar adelante una familia y esto si cabe, refuerza mi idea de que una mujer es suficientemente grandiosa como para salir de la peor de las situaciones que la vida le planteé. Existe la falsa creencia de necesitar una persona que complemente nuestra vida y “nos ayude”, por tanto, a sortear las situaciones más complejas, ya que el peso recaerá en partes iguales. Creedme, es falso. Las mujeres somos capaces de por si solas dar respuesta a nuestros acontecimientos vitales, y somos capaces de formar una familia sin necesidad de compañero. Es falsa la idea de que somos “abandonadas”, ya que somos completamente independientes, por tanto, es un sentimiento que interiorizamos con base a nuestra sociedad.
En la anterior publicación, os contaba como Blanquita definía y analizaba el concepto de mujer…
“Marina, una mujer lo es todo. Es infinita”.
Desde aquí me dirijo a vosotras, mis hermanas. Quiero comprender y curar vuestras heridas. Quiero trasmitiros tranquilidad y armonía. Quiero deciros que todo va a estar bien, que cojáis las riendas de vuestra vida, que todos los pasos que deis siempre vayan hacia delante, aunque queráis mirar de reojo el pasado. Quiero deciros que es nuestro momento, que hoy tenemos más fuerza que nunca y que algún día lo veremos caer…
Hoy nos damos nuestras manos, nos miramos y nos reímos sin parar. Vamos a llenarnos de vida y vamos a amarnos como compañeras.
Las manos de la señora Mercedes son de esas en las que puedes leer e interpretar tantas cosas…
Son manos cansadas de trabajar, pero llenas de vida. Son manos preciosas, aunque en ellas duermen mucho dolor. Son manos que cuando tocan convierten las cosas en amor. Manos que enseñan, quieren y son generosas. Manos que no permiten derrota alguna. Manos mágicas que alimentan. Son manos que lloran y manos que ríen con tanta fuerza que cualquier huracán estaría celoso.
Después de arrancarse las tripas y querer compartir su historia con las allí presentes, me atrevo a decir que es precioso ver a una mujer tan empoderada.
Las costumbres nos hacen débiles, las costumbres nos dejan en un segundo plano queriendo despreciarnos, las costumbres nos hieren y nos lastiman. Las costumbres se trasforman propiamente en costumbres y perpetúan los rasgos que nos definen con respecto a nuestra identidad.
Estoy segura que las manos que hoy leen este fragmento son muy especiales, sensibles y con ganas de hacer más bonita la vida.
Nabitsinagagimi okibe! Agenta pingemaje nega nakanta! (Lengua Nomatsigenga)
¡Un abrazo enorme! ¡Pronto tendréis noticias mías!

“Hun noviembrenhmun nokun ishpin kusakinon. Hun noviembrenhmun yovanhai hahinvo” “En noviembre nos quitamos las espinas, en noviembre hablamos de mujeres” (Lengua Amahuaka)



Las publicaciones que llevaré a cabo durante el mes de noviembre van dedicadas especialmente a las mujeres que aquí me rodean. En esta entrada, me gustaría ser algo más teórica, de forma que pueda contextualizar todos y cada uno de los detalles que quiero trasmitir.
Hoy me interesa hablar de hermandad, de sentido de comunidad, de respeto y de ayuda.
Al poco tiempo de llegar a NOPOKI, por casualidad, se presentó una situación muy especial. Un pequeño grupo de chicas querían conocerme, querían preguntarme cómo es mi vida. De esta forma, aproveché la ocasión para extenderme en aquellos aspectos que me definen, en hablar con paciencia y cuidado de mi lucha y, por tanto, compartir puntos de vista y opiniones diferentes a la vez que fascinantes. Esa es la riqueza de los feminismos.
Utilizar un único discurso y además hegemónico para extrapolar la realidad, no solo es erróneo, sino que es peligroso y desagradable.
Me viene a la cabeza mi primer día en la asignatura “Género y Feminismos”, donde nos explicaban que el feminismo comenzó tras la Revolución Francesa, a raíz de la lucha ciudadana. En este caso, tanto hombres como mujeres exigían derechos civiles y donde, finalmente, resultaron beneficiados solo la mitad, excluyendo así a las compañeras de batalla, que al igual que los hombres cavaron las trincheras de la libertad.
Sí, así fue como empezamos a darle nombre a todo este movimiento, pero no olvidemos que hablamos de Europa.
En el transcurso de la asignatura esperaba encontrarme los comienzos de los feminismos en otros lugares del mundo, pero mi sorpresa fue la limitación de contenidos, ya que solo hablaríamos de Europa y EEUU, por tanto, la acotación de la lucha feminista es muy notable y por ello, cuando hablamos caemos en aspectos etnocentristas y eurocéntricos, definiendo opresiones que solo nos afectan a las mujeres blancas que cómodamente tenemos un estatus de poder, principalmente por cuestiones raciales y/o étnicas.

La tercera Ola del feminismo lleva en sus entrañas la palabra “pluralidad”. De este periodo emerge la diversidad y el reconocimiento de la individualidad de cada mujer, ya que en este mundo somos tan diversas como mujeres existimos. Por ello, hay un avance en los discursos feministas, pero insuficiente para abarcar dicha pluralidad. Por eso, hoy quiero dejar a un lado mis privilegios y escuchar, a la vez que entender, otras formas de llevar a cabo la lucha. Me gustaría aclarar que no soy indicada para hablar de ello, ya que pueden parecer contradictorias mis palabras, de esta manera me anticipo y os pido disculpas si existen residuos hegemónicos en mis líneas.
Los feminismos originarios indígenas son múltiples y diversos en función a las culturas de cada pueblo, compartiendo así un aspecto muy característico, “el sentido de comunidad”. En esta línea, la realidad se transforma con el cuidado de aspectos vitales, estar en conexión con la tierra y buscar espacios para una misma. Las tareas van a estar definidas por el sistema de supervivencia, que alterado a raíz de la colonización, se entremezcla con pautas y aspectos distorsionados debido a la proyección inadecuada de realidades extrañas.
Vuelvo, por tanto, al principio, donde después de mantener una larga conversación con las chicas, les pregunto qué significado tiene para ellas la palabra “mujer”. Muchas respuestas estaban adornadas sin intención alguna con adjetivos que responden a características estereotípicas y de roles de género. De entre todas respuestas, la de Blanquita no solo fue una definición, sino un análisis bastante profundo del concepto que de forma muy atinada respondió lo siguiente:
“Una mujer es una persona. Una persona capaz de realizar cualquier cosa que se proponga por más contratiempos que se le presenten. Para algunas mujeres es más fácil y para otras, más difícil. En definitiva, la vida depende de una misma; yo por ejemplo estoy hoy aquí, estudiando, formándome para ser una buena profesional. Créeme, ha sido muy complicado llegar hasta donde estoy, pero de lo que estoy segura es de seguir viviendo y ayudar como lo han hecho conmigo. Marina, una mujer es todo, es infinita”.
En este sentido, vuelvo a la idea del respeto de los tiempos, de las culturas y de los modos de vida. En algunas ocasiones, gente de España me dicen:
Pero, allí habrá más machismo que aquí ¿No? Allí las formas de pensamiento son muy retrogradas ¿No? […] Y un sinfín de preguntas, que desde el desconocimiento reproducimos, con el objetivo de pensar lo bien que vivimos y estamos, en cuanto a políticas de género, obviando los feminicidios que tenemos en nuestro país cada día.
Por supuesto el machismo está presente en el día a día, pero tenemos claro que se debe a la respuesta de la propia estructura que definen los sistemas sociales y que recibe el nombre de patriarcado. De esta forma, no podemos decir o medir que haya más o menos machismo en función al desarrollo social de un país, lo acertado sería reconocer que el machismo es la expresión del sistema patriarcal que se despliega en función de los tiempos de un determinado territorio y que estas formas asesinan todos los días a mujeres.
Por desgracia, la violencia institucional, económica, física, psicología, simbólica, entre otras, que sufrimos las mujeres es común en todos los lugares del planeta. Por tanto, no vale afirmar o decir que “nosotrxs” estamos mejor por vivir en un lugar u otro, eso significa eximir responsabilidades, perpetuar las desigualdades y aumentar el estigma de aquellos pueblos con diferencias culturales y sociales.
Cuando me siento con ellas logro entenderlas, porque en definitiva hablamos el mismo lenguaje. Nos gusta reír, nos gusta llorar, nos gusta renegar, nos gusta escuchar, nos gusta compartir, nos gusta soñar… Y dejadme decir que es la expresión pura de la Sororidad, al igual que la trenza del cabello, estamos unidas en hermandad.
¡Ramamun kuhinmun konkuhin yohiavo hiyanan! ¡Tii toha hikokin! (Lengua Amahuaka).
¡Pronto tendréis noticias mías! ¡Un gran abrazo!

viernes, 2 de noviembre de 2018

Experiencias de voluntariado internacional en América

El lunes 22 de noviembre a las 16:00 horas en la facultad de Medicina y Enfermería, se celebrará una conferencia sobre Experiencias de voluntariado internacional en América. De la mano de Setem Córdoba son ya unas 100 personas las que han vivido esta experiencia que un día cambió sus vidas.

Si te apetece compartir una tarde con Raquel y Rocío, estudiantes universitarias que realizaron su voluntariado internacional el pasado verano, inscribete aquí.

Te esperamos!