Hola Víctor, cuéntanos cómo conoces Setem Córdoba y cómo llegaste a SerTacna.
Yo soy de Córdoba y vivo en esta ciudad aunque también tengo nacionalidad peruana. Llegué a SERTACNA porque mi madre conocía a su coordinadora, Lety, con quien había colaborado en proyectos de cooperación desde España con Setem Córdoba.
¿Cuándo fue la primera vez que fuiste a SerTacna?
Fue en el verano de 2022, cuando fui a visitar a mi familia en Tacna y decidí conocer sus instalaciones y qué hacían. Como me gustan los animales eso me animó a trabajar con ellos, y desde que llegué supe que me iba a encantar la experiencia. Ese primer año hice un voluntariado de 5 horas, de lunes a viernes por la mañana, y este segundo verano, como me gustó mucho ayudar a la gente y el contacto con los caballos, decidí también hacer un turno por la tarde quedándome allí a almorzar con todo el grupo de trabajadores y voluntarios. Por las tardes podía estar más tiempo con los niños y niñas que iban a recibir terapia.
¿Qué te ha decidido a estar todos los días de tus vacaciones en Perú en SerTacna?
Cada día que he ido me gustaba más la experiencia de sentirme útil colaborando con los niños que hacían sus terapias, sobre todo aprender de la fisioterapia, para mí fue increíble! Y como con esa actividad se podía ayudar a los niños y niñas a caminar, a comer solos… los trabajadores me hacían sentir como uno de ellos, yo siendo niño me he sentido como uno de ellos porque me animaban y me ha dado mucho cariño.
He participado en construir los corrales de los caballos. Me ha gustado mucho porque me encanta el campo, la naturaleza, y los animales. Soy scout desde los 5 años y todo lo que he aprendido lo he practicado en SERTACNA con los corrales y la naturaleza.
Cuando viste el trabajo con los animales para ayudar a otras personas, sobre todo a niños con discapacidad física y mental, ¿qué te pareció?
Bueno al principio, sobre todo el año pasado no comprendía muchas cosas, ¿porqué había niños con esos problemas?, y porque estaban allí y no en un hospital? y me daba un poco de vergüenza preguntar, pero mi madre y los compañeros que tenía cerca me explicaron sus enfermedades. Por eso luego me ha gustado ir, porque podía ayudar a niños con necesidades especiales, y a la vez que podía conectar con los animales. Me ha hecho sentir muy bien. Yo quiero ser veterinario, a lo mejor en el futuro puedo seguir con las terapias con animales. Allí llevé un conejo muy pequeño que rescatamos con mi tía Diana de la zona andina, le pusimos Wayki (que significa “hermano” en quechua, la lengua nativa de Perú) y en SERTACNA tiene ahora su hogar. Los niños y niñas que van a SERTACNA juegan también con Wayki. Este año cuando lo ví ya era un adulto y jugaba mucho.
¿Conocías algo sobre la equinoterapia? ¿Lo habías visto en Córdoba?
Lo conocía, pero nunca había tenido la oportunidad de colaborar tan de cerca y conocerlo con más detalle. Me ha impresionado como Gael, un niño que conocí allí había conseguido hacer muchas más cosas del año pasado a este año. Supongo que se debe a todas las terapias que hace pero cuando está con el caballo es como si entrara a otro mundo, es súper feliz…!!! También he visto a otro niño que no quería ni tocar al animal pero cuando lo consiguió fue como si estuviera en paz y entonces la tía Lety dijo que eso le ayudaría a relajarse y a “coordinar” sus movimientos para su día a día. Estas cosas que para nosotros son sencillas y fáciles para ellos es un problema, me siento feliz de haber ayudado un poquito a que esto continúe.
¿Qué es lo que más te ha gustado de tu voluntariado en Ser Tacna?
Lo que más me ha gustado ha sido participar en los trabajos con los animales, y que ellos ayuden a los niños, incluso a algunos chicos más grandes que van a SERTACNA. Y no ha habido nada negativo, nada que no me haya gustado.
Y ahora que has vuelto a Córdoba, ¿te acuerdas de alguien en especial?
Me acuerdo de todos, de las terapeutas, la psicóloga, la tía Lety, de los niños, de mi Wayki, de mi familia, y de mi abuelo que me llevaba y recogía todos los días de SERTACNA. Sobre todo me acuerdo de un voluntario extranjero adulto pero joven, y me llevaba muy bien con él. Tenía una situación difícil, es muy buena gente, gracioso y con el que mejor que me entendía, será por la edad o porque nos ayudábamos mucho y compartíamos más cosas. Espero que todo mejore para él y pueda volver a su país pronto.
¿Qué ha significado este voluntariado para ti?
Ay…muchas cosas…! Primero aprender tanto de todos los que están en SERTACNA, allí todos te tratan como una familia y te enseñan lo que saben. Además he aprendido a ser más responsable y hacer muchas más cosas solo, además de aprender mucho sobre cómo se trabaja con niños con discapacidades. He descubierto y me he dado cuenta de que tengo una gran suerte de no tener dificultades que me afecten en mi día a día. También me he dado cuenta de lo importante que es dedicar tiempo para ayudar a los demás y hacerles la vida más fácil.
¿Recomendarías a los padres que inicien a sus hijos en experiencias de voluntariado?
Sí, porque pueden ocupar parte de su tiempo en hacer cosas buenas y además se lo pasarían bien. Es otra manera de aprender y valorar lo bueno que cada uno tiene. Te ayuda a relacionarte y conocer nuevas personas iguales o diferentes a ti.
¿Vas a seguir siendo voluntario, Víctor?
Por supuesto, siempre que tenga la oportunidad volveré a ser voluntario de SERTACNA. Me gusta mucho disfrutar de sus trabajadores, voluntarios y estar en contacto y conexión con los animales. Mi idea es seguir aprendiendo mucho más sobre animales y así cuando vuelva podré ayudarles más.