martes, 6 de diciembre de 2022

Experiencia de voluntariado de Mª Victoria Palencia en Tacna

"El 25 de julio aterrizo en la desértica ciudad de Tacna, al sur de Perú en la misma frontera con Chile mirando al Pacífico. Llegué cargada de ilusión por poder hacer realidad un sueño tantas veces anhelado…

Tacna, a pesar de no ser una ciudad turística y sí muy muy comercial, como la mayoría de ciudades fronterizas, es tranquila y acogedora como toda la gente con la que he tenido la suerte de compartir mi voluntariado allá.

Y comienza mi trabajo en Ser Tacna donde soy recibida con el inmenso cariño con el que se acoge al nuevo miembro de una familia que es lo que realmente es el equipo de Ser Tacna con Leticia al frente, Lizeth, Glenda y Edu, y mis compañeros voluntarios internacionales Judith de Alemania y Álvaro y Luz de Chile, además del resto de voluntarios de la ciudad que van a echar una mano cuando pueden.



Cada mañana a las 9 me recibe Charly, el golden marrón guardián de todos y de todo y me integro en las sesiones de fisioterapia y equinoterapia principalmente, además de apoyar en todo lo que se van necesitando manos (que se necesitan muchas): cocina (comemos allí), jardinería, limpieza, atención a los caballos, reciclamos materiales e inventamos juegos y juguetes para trabajar con los niños… y a las 17:15 termino mi jornada, cansada pero feliz.


He vivido algo más de un mes de duro trabajo pero inmensamente gratificante. Lo que yo les haya podido aportar a los niños y niñas con los que he tenido la suerte de trabajar es muchísimo menos de lo que me llevo de cada uno de ellos: los ojillos pícaros de Joao (autista), las coletas de la dulce Valentina (parálisis), la bondad de Alexandra (dificultad con el habla), las incansables historias de Reynaldo (leve autismo), las lágrimas de felicidad de Adriano cuando dijo la “i” por primera vez (retraso general), el convencimiento y el tesón de Giovanni por volver a caminar (cuadripléjico)…


Nuevos amigos, nuevos paisajes, nuevos encuentros sin fronteras. He conocido y aprendido a entender y querer a los caballos, inmensos: Porthos, Caralampio, Aura, Soñador y mi dulce y bella Toña.

Cuando inicié el proceso para obtener la beca de la Universidad de Córdoba que me ha llevado a Ser Tacna a través de Setem, sabía que la experiencia iba a ser muy muy gratificante pero ha superado con creces todas mis expectativas…No sé cuándo ni dónde, pero haré más voluntariado.

Gratitud inmensa al área de Cooperación de la UCO y a Setem Córdoba por haber hecho posible este sueño/experiencia."