Hola amigos y amigas, después de mi paso por el Ecuador,
tanto de mi estancia en el Perú como mi visita al país vecino, retomé el ritmo
frenético de trabajo en la UCSS NOPOKI, ese lindo jardín de la educación que ya
empezaba a añorar tras ausentarme varios días. Los estudiantes me esperaban con
los brazos abiertos y con ganas de seguir aprendiendo. En ese momento, sentía
que ya formaba parte de esta familia y que se había creado un lazo afectivo
irrompible. Nos pusimos manos a la obra, con el apoyo y refuerzo educativo, con
las intervenciones psicológicas individuales y con la preparación de la obra de
teatro para final de curso. En este mismo periodo, me invitan a participar en
dos estudios para conocer la opinión de los estudiantes de la UCSS NOPOKI sobre
el apoyo a grupos marginalizados y sobre la igualdad de género. El primer
estudio es diseñado por Naciones Unidas cuyo objetivo es comprobar el grado de
cumplimiento de las acciones de Desarrollo Sostenible propuestas en su Plan
Operativo, destinadas a mejorar la calidad de vida de los grupos más
desfavorecidos. Y el segundo estudio es propuesto por la Universidad de Jaén,
dentro del departamento de Cooperación al Desarrollo, cuyo objetivo es diseñar
un Plan de Formación sobre igualdad de género que será aplicado en diferentes
instituciones educativas de la Amazonía central del Perú.
Por otro lado, mi labor fuera de la Universidad también
continuaba. Seguía valorando psicológicamente a los alumnos/as del Centro de
Educación Básica Especial de la provincia de Atalaya y asesorando a padres y
profesores sobre la inclusión socioeducativa de niños con discapacidad. Desde
la UGEL (Unidad de Gestión Educativa Local), un organismo público de la
municipalidad de Atalaya, me invitaron a dar una charla de orientación
psicológica para padres en la inauguración de un programa de atención temprana
a niños con discapacidad.
El mayor éxito vino de la mano de la representación teatral
que tuvo lugar en el aula magna de la Universidad el pasado 3 de diciembre. Era
el gran día, era el momento de mostrar el trabajo realizado desde hace meses y
de presentar los talentos ocultos que han descubierto los estudiantes del
primer año de la carrera de Educación Básica Bilingüe Intercultural. Elegimos
representar un cuento amazónico, “El Bagrecico”, escrito por Francisco Izquierdo
Ríos, uno de los docentes y escritores más influyentes en la narrativa peruana
del siglo XX. A esta obra incorporamos
otros cuentos, danzas y cantos de los pueblos originarios de la Amazonía que
conviven en esta Universidad, haciendo de esta gran obra un tesoro lleno de
riqueza cultural. Las felicitaciones y halagos venían en sus diferentes
expresiones y de boca de muchas personas, incluido el alcalde de la ciudad.
Hemos conseguido hacer teatro digno y de calidad con pocos recursos pero con
mucha ilusión.
También en estas semanas transcurrieron las Olimpiadas Nopokinas, donde los estudiantes han puesto a prueba sus conocimientos mediantes concursos pedagógicos y sus habilidades o destrezas deportivas mediante la participación en juegos ancestrales propios de los pueblos originarios de la Amazonía como el chontari o el tiro con arco y flecha. Fue una semana cargada de interculturalidad, tradición y convivencia.
Como pueden leer, las jornadas de trabajo han sido maratonianas, recompensadas con la felicidad observada a mí alrededor día tras día. La respuesta de los estudiantes ha sido extraordinaria y ha supuesto que mis humildes aportaciones cobren sentido. Tantos responsables de la Universidad y del Vicariato Apostólico de San Ramón como profesores, estudiantes y otros trabajadores de la UCSS NOPOKI han conseguido que me sienta vivo y que nunca olvide cada uno de los rostros que forman esta gran familia. Han sido muchos los agradecimientos que he recibido en estos últimos días del curso académico. Por eso, mi nudo en la garganta no se desataba de la emoción y mis palabras se entrecortaban al ritmo apresurado con que latía mi corazón. Y por si era poco, recibo para mi cumpleaños el mejor regalo que me han hecho en mi vida, una muestra de cariño insuperable, audiovisualmente, de todas las personas que ocupan una parte importante de mi vida.
Han sido días de nervios, de abrazos, de despedidas, de
brindis, de agradecimientos, de compartir lo vivido, y de recoger los frutos
sembrados. Ahora cada estudiante regresa a su comunidad nativa de origen,
escalonadamente, para pasar las vacaciones en familia, hasta principios de
marzo que se reanuda el próximo curso académico. Sólo regresarán a mitad de
enero aquellos que necesiten recuperar alguna asignatura. Un grupo muy reducido
de estudiantes permanece en el albergue de la Universidad por que no tienen
recursos económicos para volver a su comunidad nativa de procedencia ubicadas
en zonas muy lejanas de la Amazonía peruana.
Ahora toca seguir colaborando en el proyecto NOPOKI desde
otros ámbitos y vivir una de las navidades más entrañables de mi vida en el
grandioso Perú.
Desde el ombligo de la Amazonía, a todo el mundo que me
sigue, os deseo una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.
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