viernes, 21 de septiembre de 2018

“Yorakeska sikakanra jatinete meniai non kaya” “Los colores de la piel es lo que da vida al alma”. (Lengua Shipibo)


















Hace quince días de la última publicación, pero sinceramente no me he dado cuenta. Los días pasan muy rápido y no paro de crecer al igual que una flor en primavera.
En esta entrada me gustaría hacer algo especial; por ello, quiero hablar de diversidad, de multiculturalidad, de sonrisas, de generosidad, de compartir y, en definitiva, de lo maravilloso que es conocer gente con auras repletas de belleza.
¿Qué significa NOPOKI? En lengua Asháninka se traduce como "estoy aquí" así que, os tranquilizará saber que estoy muy bien, muy contenta y empezando a vivir toda esta experiencia.
Aquí, cariñosamente soy la “Gringa”, pero os puedo asegurar que ni por un solo instante me he sentido diferente, es más, siento que formo parte de una gran familia. ¿Sabéis a qué se debe esto? En Atalaya conviven una pluralidad de etnias y es sorprendente como entre unas y otras se complementan, es lo que yo llamo una reciprocidad comunitaria, por tanto, el enriquecimiento personal trasciende en unos valores humanos que poco se ven en nuestros “cómodos” países.
En estas semanas, el objetivo que me he propuesto ha sido el de adentrarme en las culturas con más profundidad; en conocer todos los aspectos que hacen característica a cada una de ellas, en observar el porqué de las cosas y en valorar la vida. Tanto ha sido así, que he participado activamente en este proceso empezando por la danza. No me gustaría continuar sin antes presentaros a la persona que ha confiado en mí para tan importante labor, ella es la profesora Ada. Ada es preciosa por dentro y por fuera, alegre, simpática, inteligente y muy divertida, que, sin saber si bailo bien o no, decidió incorporarme en el grupo como una más, y es por eso por lo que el pasado 15 de septiembre tuve la oportunidad de formar parte del elenco de danza de Nopoki, en el “IV Festival de Danzas Amazónicas de la región de Ucayali”. Al principio os podéis hacer una idea de lo que era aprender dichos pasos, pero en cuestión de dos días me había convertido en una bailarina Asháninka muy graciosa. Me prestaron una preciosa Cushma Ashéninka, alisaron mi frondosa cabellera rizada (no sabía que era tan rubia), y me pintaron la cara con “achiote”, una pintura parecida al carmín, elaborada con semillas de ese mismo nombre machacadas y, ¡ya estaba lista para danzar! Me hizo mucha gracia cuando todxs me vieron, porque me preguntaron con sorpresa e incluso con miedo: ¡¿Dónde están tus rizos, Marina?! Por lo que se ve, además de mi piel es lo segundo más característico. El acontecimiento estuvo muy a la altura y nosotrxs, lxs nopokinxs, disfrutamos muchísimo del espectáculo y de nuestro esfuerzo. Ahora nos toca seguir trabajando en la segunda danza de carácter guerrero, donde representaremos la etnia Shipibo. Este acto se celebrará el 29 de septiembre, un día muy especial porque, además de ser la final del festival de danza, es también mi cumpleaños y creo que va a ser muy diferente al del año pasado, pero sin duda mágico. ¡Ya os contaré!
Es preciosa toda esta experiencia ¿verdad?
Ahora, desde una realidad muy distinta, me gustaría lanzar una reflexión y que toda aquella persona que tenga la oportunidad de leer estas líneas pueda sacar conclusiones y analizar algunos aspectos vitales.
¿Qué pensaríais si, de la noche a la mañana no tuvieseis agua en vuestras casas? ¿Y si no hubiese luz? Dificulto un poco más la situación, ¿Y si no tuvieseis nada para comer? ¿Qué pasaría si os resultara imposible darle una educación a vuestrxs hijxs? ¿Y si no pudierais curar un simple resfriado?
Yo, sinceramente, buscaría todas las formas posibles y necesarias para cambiar esta realidad ¿No?
Ahora bien, la gente que recibe Nopoki vienen de diferentes comunidades, donde la gran mayoría tienen muchas de estas carencias. Desde bebés aprenden lo que es el esfuerzo y el valor de las cosas, aprenden que una botella vacía de “Coca cola” es un recipiente estupendo para guardar agua o algún alimento, aprenden a comer lo que hay sin excepciones y luchan para cruzar el país entero de forma que tengan una oportunidad para estudiar. Aquí “el sacrificio es muy grande”. Más de lo “que podemos imaginar”. A veces, en fechas señaladas quizás no haya nada con lo que celebrar y así podría estar horas y horas redactando estas realidades…
La finalidad de estas palabras no es trasmitir tristeza ni desánimo, la finalidad es crear CONCIENCIA, por ello os propongo lo siguiente:
Amad con locura todo lo que tengáis, creced con plena libertad, apoyad la multiculturalidad sin caer en aspectos interculturales que segregan al mundo, disfrutad de una ducha y de un plato de comida, valorad cualquier presente, compartid vuestra vida y dad gracias por la suerte que habéis tenido.
En este sentido, yo soy afortunada porque agradezco al caprichoso destino el estar hoy aquí y poder contar todo lo que esta experiencia significa para mí, y de esta forma poder cambiar, aunque solo sea un poquito, la realidad de los que me leéis; porque aquí solamente recibo lecciones de vida y humanidad a través de las sonrisas, del cariño, de gritar ¡Cuqui, vamos a estudiar! De sentarme a cenar con la que ya es mi gente, de disfrutar de sus historias, de salir de vez en cuando y compartir unas “chelas” (eso sí, siempre San Juan) y, en definitiva, de rebosar de alegría cuando por las noches me voy a dormir y hago repaso de mi presente.
¡Ea koshin ikowe! ¡Ea winota jawekiboyara mi aino xiki! (Shipibo)
¡Un abrazo muy fuerte! ¡Pronto tendréis noticias mías!

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