La vida diaria en Nopoki
El sábado nos despiertan a machetazos. Son las cuatro y
media de la madrugada, y los estudiantes están cortando el césped alrededor de
la casa de voluntarios. A cuchillo y agachados. Más allá, se oye el llanto
chillón de las radiales con las que dejan las cubiertas de chapa oxidada como
nueva, ranura por ranura. A cambio de su educación y estancia, los estudiantes
de Nopoki colaboran con deberes, como ayudar por turnos en la cocina o con la
limpieza, además de trabajar los sábados por la mañana en la chacra (un huerto
en la selva), o mantener a raya la vegetación voraz del campus universitario.
Los que no hacen su parte, tienen que pagar.
Quien dijo que Nopoki era un remanso de paz y tranquilidad
tiene que estar más sordo que un queso manchego. No contando la vocifera fauna
nocturna de la selva, la neurótica fauna doméstica de la vecindad y la
ratatanteante fauna mecanizada de la calle colindante, el melómano podrá
despertar lentamente con las siguientes canciones al amanecer:
- ¡Pescado, jurel, pescado! ¡Hay cangrejo, hay langostino!
¡Hay pescado!
- ¡Ha llegado el desayuno en la puerta de su casa! ¡Hay
avena con leche, tapioca con leche, arroz con leche, con nuestra deliciosa
salsa, hamburguesas! ¡Desayuno nutritivo, vida sana, cien por cien natural! ¡Y
todo a un nuevo sol. sí, un nuevo sol! Así soy yooo…
- ¡Tamaaaaales, tamaaaaales, hay tamaaaaales!
El que con eso no se despierta, lo hará con la ducha fría.
El lunes por la mañana, a las 6:30, se reúnen los
estudiantes en sus trajes ceremoniales para cantar el himno nacional, rezar una
oración, y ser regañados por el director.
El desayuno es a las 7:00. Para entonces, el turno de cocina
ya lleva varias horas preparando la comida para 200 personas. Arroz con
frijoles y plátano, con té de piña. Desde que se fue Monseñor, se acabaron los
patacones.
Clases comienzan a las 7:30, y duran hora y media, con
quince minutos entre una y otra. Asisten tanto estudiantes indígenas del
albergue, como locales de Atalaya.
A la una se sirve el almuerzo. Plátano con frijoles y arroz,
con té de piña.
A las 3:00 siguen las clases. Las de educación, terminan a
las 4:30. Las de administración, que se dan por las tardes terminan a las
22:00, ya de noche.
La cena se sirve con la puesta de sol a las 19:00, con coro
de ranas. Frijoles con plátano y arroz, con té de piña. Y picadura de mosquito.
Siempre hay pequeños grupos de estudiantes del albergue
estudiando bajo las malokas en su poco tiempo libre, sobre todo de noche,
cuando más fresco es y más relajados están.
Nopoki cuenta con varios perros y gatos más o menos
domesticados que pululan por las malokas. Tarzan, boxer grande, feo y patoso,
con mirada despectiva, paso arrogante y tendencia exhibicionísta, ronca como un
cerdo y apesta como una mofeta. Cuando entra en una habitación hay que salir
corriendo. Negro, chucho negro con bigote gris y cara triste, le ladra a Carmen
para luego mendigarle comida.
Dicen que las cocinas no hay que mirarlas. La cocina de
Nopoki es un espacio abierto con suelo de hormigón y tejado de hoja. Tiene un
brasero de ladrillo central, un horno de piedra, una pila en el suelo con
grifo, dos fregaderos, una mesa de madera y un rincón repleto de plátanos
verdes. Los gatos ahuyentan las ratas, los humos ahuyentan los insectos, y los
gallinazos se comen los desperdicios, eso es trabajar en cadena y lo demás
tontería. Pero a pesar de rumores maliciosos, la comida es sorprendentemente
variada y buena, tomando en cuenta los medios y las medidas. En cuanto a
bebidas, destacan la avena con agua, avena con cacao, zumo de piña caliente,
papaya, maracuyá, o plátano. Recomendamos el tacacho (revuelto de plátano
zancochado y triturado), los patacones (plátano machacado frito con sal),
mazamorra de plátano, plátano frito y
plátano a la brasa. Al que no le guste el plátano lo lleva crudo en
Nopoki...
Muy buena la programación, creo que faltan; los objetivos, los contenidos, los temas transversales, la atención a la diversidad.........uy!!!!! PERDÓN..... eso sólo se requiere para la calidad de la enseñanza.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y mucha energía positiva os envía una maestra hermana de la profesora de EOI.
Hola Carmela...no se si saldra duplicado el comentario....voy de nuevo el otro creo que se ha perdido.
ResponderEliminarMe encanta leeros y que compartais la experiencia con nosotros, aunque desde aqui todo se ve mas facil y de color de rosa....pero tiene mucho mucho merito por parte de todos.
Conseguis que casi podamos tocar oler y oir...ese bulle bulle que debe ser Nopoki.
Cuidaros mucho y seguid contando.
Un abrazo de Susana
Gracias a los que nos seguís y animáis, nos alegran y comfortan mucho vuestros comentarios
ResponderEliminarSoy tu sobrina Lucia, yo no podría ir ahí porque no me gustan los platanos. Aparte de la broma muchos besos desde zaragoza.������
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