Llegamos a Lima el 4 de julio después de 17 horas de vuelo
desde Madrid vía Sao Paulo. Durante algunos días permanecimos en la capital
peruana hasta que pudieron venir a recogernos para trasladarnos a la selva.
Aquí las comunicaciones y los transportes no son fáciles. Estamos muy
agradecidas por el cariño con el que la familia de Samuel, secretario del
Vicariato Apostólico de San Ramón, nos ha acogido durante nuestra estancia en
esta ciudad. Lima es una capital con una población de aprox. 8 millones de
habitantes con un nivel alto de contaminación producido por el intenso tráfico
de coches, autobuses, combis y mototaxis. Las viviendas suelen constar de
edificios de dos plantas construidos por cada familia. Al no concentrarse la
población en bloques altos la extensión de la ciudad se extiende enormemente y
el tiempo para trasladarse de un sitio a otro se eterniza.
Después de seis días en Lima pudieron venir a recogernos en
4×4 para viajar a la selva. Para recorrer una distancia de aprox. 680
kilómetros fueron necesarios dos días. En el primero llegamos a Satipo cruzando
la cordillera de los Andes con una altura máx. de 4800 metros. Partiendo de la
capital se puede observar las diferencias entre los modos de vida entre la
costa, la sierra y la selva, que son tres zonas con características
completamente diferentes en lo que refiere a sus condiciones vida y a las
costumbres de su población. Para pasar el Tiglio (punto de mayor altitud al
pasar la cordillera) tomamos mate de hojas de coca, remedio para evitar el
siroche (mal de altura). El segundo día
(Satipo-Nopoki) se complicó el acceso por carretera en cuanto entramos en zona
selvática y avanzamos lentamente a una velocidad de unos veinte o treinta km/h
atravesando ríos y por caminos pedregosos, estrechos y llenos de baches.
Continuamente nos encontramos de frente con camionetas (que sirven de transporte
para las personas) y con camiones que transportan madera que en su mayor parte
proceden de la tala ilegal del Amazonas.
Finalmente llegamos el día 10 de julio por la noche a
Nopoki, que es una extensión académica de la Universidad Católica Sedes Sapientiae,
que tiene sede en Lima. El campus se encuentra a un par de kilómetros de
Atalaya, una población de unos 30.000 habitantes.
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