NOPOKI
Nopoki (en lengua shipiba
significa “estoy aquí”) es una
universidad creada a unos kilómetros de Atalaya donde se imparte las carreras
de Educación, Ingeniería Agrícola y Administración. La idea original del
Monseñor Gerardo Zerdín, vicario Apostólico y obispo de San Ramón, hace diez
años fue crear una universidad en la que se pudieran formar jóvenes procedentes
de diversas comunidades indígenas del Perú (Yines, Shipibos, Asháninkas, Awajuns, Matchiguengas, Yaneshas,
Ashéninkas, etc.) y luego volver a sus comunidades y contribuir en el
desarrollo de su pueblo. Los jóvenes asisten a clases bilingües en castellano y
las respectivas lenguas, que son numerosas y de las que hay profesores
especialistas en la universidad.
El problema hasta ahora era que los jóvenes indígenas que
querían acceder a estudios superiores se tenían que desplazar a Lima para ello
y no disponían de los recursos económicos para ello y cuando lo hacían, eran
frecuentes los casos en los que para encontrar trabajo se quedaban en la zona
de la costa y no volvían a sus comunidades, lo que impedía que progresan los
pueblos indígenas. Por otra parte, también sucedía y sucede aún que son pocos
los profesores que están dispuestos a trasladarse a la selva a impartir sus
clases en las escuelas, ya que procediendo de la costa o de la sierra el
transporte para poder visitar a la familia puede durar varios días. Nopoki
supone pues una solución a la falta de profesorado y, sobre todo, es una
apuesta por mantener la identidad de las comunidades indígenas y mejorar su
nivel educativo y con ello su desarrollo.
Los estudiantes procedentes de las comunidades indígenas
reciben la educación y la manutención en los albergues de forma gratuita. Al
profesorado se le paga con los fondos de la Universidad Católica Sedes
Sapientiae, con sede en Lima, y la manutención corre a cargo del Vicariato
Apostólico de San Ramón, que se mantiene por donaciones de diversas
organizaciones, ONGs, etc. El primer día nos enseñan las instalaciones donde
hay placas en cada pabellón indicando los donantes y veo, entre otras muchas,
referencias a Burgos, Castilla y León y Ubrique. El padre Curro es español y en
sus viajes a nuestro país solicita ayuda con la que se van haciendo proyectos.
Y así, recibiendo ayudas de estos y aquellos van sacando hacia delante la
universidad. Cuando pregunto por la
financiación y escucho esto (“nos mantenemos gracias a la Providencia”) no
puedo evitar sorprenderme. ¡¡¡Cómo es posible poner en marcha un proyecto en el
que depende la manutención de 150 estudiantes de las donaciones!!! Pues así es
desde hace 10 años.
BRAVO CHICASS!!!
ResponderEliminarBRAVO CHICASS!!!
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